2. Funciones de la Evaluación.

        La función principal de toda evaluación debe estar siempre orientada a la mejora; la misma puede ser no sólo de los aprendizajes de cada uno de los participantes sino también, de los propios procesos de enseñanza.

         Cabe destacar que la funcionalidad con la que se aplique la evaluación no debe ser exclusivamente verificadora o calificadora de una situación puntual o final de un proceso.  Esta deberá aplicarse en determinados momentos, con un único propósito, de perfeccionar, no de comprobar. 

Según Lorenzo García Aretio la evaluación cumple las siguientes funciones:

 

  •  Clarificar y ajustar los objetivos y contenidos: ¿Qué evaluar?, ¿Para qué?, ¿Son objetivos y contenidos realistas, evaluables…?  Probablemente habrán de ser eliminados los objetivos y contenidos que no son posibles evaluar.  En todo caso, la función de clarificación forzará a redactarlos en forma más adecuada que apunten a la posibilidad de comprobar de una u otra manera si se cubren o no.
  •  Diagnosticar situaciones, bien sea de individuos concretos o del grupo de participantes que siguen el curso, con el fin de adecuar el proceso de enseñanza a sus posibilidades y limitaciones.
  •  Mantener constantes los niveles académicos. La evaluación sirve de guía al propio facilitador para cerciorarse sobre el rendimiento de sus participante y sobre las previsibles desviaciones del itinerario formativo previsto que pudieran llevar a metas indeseadas.
  •  Seleccionar y adecuar los conocimientos a las necesidades sociales: La evaluación es requerida desde el punto de vista social, de manera que pueda utilizarse para cumplir una función de selección y adecuación de los conocimientos de los participantes diplomados a los requerimientos laborales del país.
  • Motivar pautas de actuación de participantes y facilitadores:  Una adecuación bien diseñada indica al participante qué, cómo y cuándo se estudia, y al facilitador qué y cómo se enseña, con el fin de facilitar el éxito del proceso.       
  • Predecir resultados:  La prevención y el pronóstico facilitados por una evaluación inicial y del proceso son más pedagógicas que la recuperación posterior de lo no aprendido al facilitar información que nos permite actuar con inmediatez.
  •  Orientar al participante:  Fundamentalente cuando, a pesar de todas las prevenciones, se producen fallos, lagunas o limitaciones en los aprendizajes.  
  •  Propiciar la investigación:  Con los datos recogidos pueden incorporarse métodos y estrategias, cursos, grupos de alumnos, diseños, recursos, entre otros.
  •  Fundamentar la innovación educativa:  La investigación referida puede probar la eficiencia de nuevos métodos o estrategias didácticas que inviten a la introducción de algún cambio que transforme y mejore la estructura o elementos de la acción formativa.
  • Informar y orientar al participante. Con el propósito de hacerle partícipe de sus deficiencias o progresos y así ayudar a fijar mejor sus aprendizajes.

 

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